7 de diciembre de 2011

Hoy sí.

Siento que las brújulas comienzan a atinar en el camino
Ya no me pierdo en los mapas,
ahora todo está en su sitio.

Los puntos cardinales se han fijado
ahora mis metas se parecen a lo que algún día creí que eran claras.
Sé que cánones seguir...
O al menos eso intento....

Ahora comprendo
que mis polos no son opuestos
y que si un día lo parecieron
sólo fue por el ofuscado viento
de un día nublado, arisco y pétreo.

Pero el Sol ha resurgido, y ha iluminado
de nuevo los tejados.
El vigía marca nuevo rumbo
en la ruta hacia el dorado.

Aunque tropecemos con piedras en el camino,
debemos apreciar los peligros superados
y levantarnos y pensar en nuestros compañeros
que cayeron, y que algunos ya han olvidado.

Hoy he vuelto a rugir
como el león herido,
como el rey destronado

y volveré para haceros sentir
todo eso
que mi ausencia os ha robado...

Por vosotros...

3 de diciembre de 2011

Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias.
No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni la cólera del airado Posidón.
Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta
si tu pensamiento es elevado, si una exquisita
emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.
Los lestrigones y los cíclopes
y el feroz Posidón no podrán encontrarte
si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,
si tu alma no los conjura ante ti.
Debes rogar que el viaje sea largo,
que sean muchos los días de verano;
que te vean arribar con gozo, alegremente,
a puertos que tú antes ignorabas.
Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,
y comprar unas bellas mercancías:
madreperlas, coral, ébano, y ámbar,
y perfumes placenteros de mil clases.
Acude a muchas ciudades del Egipto
para aprender, y aprender de quienes saben.
Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:
llegar allí, he aquí tu destino.
Mas no hagas con prisas tu camino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.
No has de esperar que Ítaca te enriquezca:
Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.
Sin ellas, jamás habrías partido;
mas no tiene otra cosa que ofrecerte.
Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.
Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,
sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.
                                                                                                                   Konstantinos Kavafis

28 de noviembre de 2011

Autocrítica

Llevo 19 años dejando huellas en este mundo, y quizá nunca me haya parado en seco, detenido mis pasos, mirar atrás, respirar hondo y hacer balance.
Aunque tal vez este escrito no se refiera a todo el periodo de mi vida, sino más bien a lo que concierne los últimos cuatro años.
Es posible que el hecho de que hoy me pare a pensar, comience a leer un libro nuevo, y me replantee mis actos, venga marcado por esta retahíla de años que llevo desde que una chica seductora y embriagadora y yo nos conocimos por primera vez.
Mis amigos la habían conocido ya en su eterna juventud y su prematuridad para hacer cosas que, a mi juicio, (o el juicio que mis padres quisieran que tuviera) no nos concernían todavía.
Así que en ese aspecto me retrasé en conocer a esta musa alcoholizadora que todos (o casi todos) probamos, al menos, una vez en la vida, cayendo en sus infames garras y acercándonos a la locura; a obrar acciones que no nos son propias, a envalentonarnos y así plantarle el beso a la chica que nos gusta.

Esta serie de borracheras que me acompañaban los sábados, ahora lo hacen jueves sí jueves también, sábados e incluso viernes. Como ya dije en la entrada "De mi final", no sé si lo estaremos haciendo bien, (plural mayestático, pues este escrito es autocrítico); personalmente, creo que no.

Desde esta maloliente pocilga a la que intento llamar "casa" pues es donde duermo desde hace dos años, intento transmitir mi bajo estado de emoción o interés por cualquier cosa, cayendo en el remolino de la vida fácil y del noctambulismo.

Quizá haya cambiado. Sé que hace un tiempo dijo el periódico que habían hallado muerto al niño que yo fui.
No sé si sigo las pautas que más o menos desde arriba pretendieran que siguiera, espero, en el fondo que sí.
Últimamente me veo una persona arrogante y susceptible, que cultiva poco la senda que conduce al huerto de sus amigos,  y quizá algún día esa maleza me impida encontrar el camino.

Hoy ha sido un día de inflexión. Pretendo abrir mis fronteras, expandirme y purificar mi alma. Por ello me he cogido un libro en la biblioteca. No es una medida extrema, y quizá algunos penséis que es inútil pero cada grano de arena, cada mínima aportación, hará que me sienta mejor de como estoy ahora. Hacía mucho que no leía, y tengo ganas de volver a coger ese vicio de las palabras impresas en papel viejo, roído, amarillo.
No tanto ordenador.

Hoy escribo la primera autocrítica de mi vida, la cual de momento está suspendida, o rozando el aprobado suficiente.
Pero prometo remontar el vuelo.

"Los que obran bien son los únicos que pueden aspirar en la vida a la felicidad" Aristóteles

23 de noviembre de 2011

Paisajes Urbanos, Días Escolares

Noviembre...

Hoy me acuerdo
del patio del colegio
del ruido de la fábrica y del sol rayando en la ventana.

Un libro en el casillero equivocado
dos pájaros cantores en la rama de un árbol
y me duermo.

Contengo la respiración
un segundo
y prosigo...

El eco vacío del timbre oxidado
el caudaloso ruido de la multitud al segundo
y entre ellos, busco

Remando río arriba
por ver tu cara aparecer
pero no.

Otro día volveré
a los recuerdos de mi pensadero
a ver si alguna vez, al fin,
te encuentro.

27 de septiembre de 2011

Y los recuerdos al aire me besan la cara

Hubo un día en que decidí hacer lo que, al menos una vez en la vida, toda persona ha de hacer. Decidí conquistar a una chica, y, como joven quinceañero, rebelde de pelo largo y cervecero ilegal, decidí también probar la metadona del "amor".

Empecé a quedar con ella tras la protocolaria borrachera en la que "nuestra llama" se encendió, y nos acurrucamos en un portal, aguardándonos de la torrencial lluvia que aquel día sangraba las calles.
Una nueva puerta se me abría, una posibilidad de aventura que, todo joven a esa edad desea experimentar.

Los convenios sociales me inducían a pensar que, si seguía quedando con la chica, tendría que, forzadamente, enamorarme de ella.

Y así hice. Comencé a enviarle te quieros que, en aquel momento creía eran verdaderos, pero volviendo la vista me doy cuenta de que no, que no es más que una mentira impresa en tinta, la más fácil de ejecutar.
También comencé a hacer planes típicos de enamorados, viajes hacia el fin del mundo, a playas desconocidas, tardes de frío en el parque...

Pero me di cuenta de que no. Comenzar forzando un sentimiento es empezar la casa por el tejado. Los viajes eran a ninguna parte, y las tardes parecían como si hubieran engordado de pronto, los granos del reloj de arena, haciendo que el tiempo pasara mucho más despacio, como si en el olimpo Cronos y Morfeo se batieran en duelo, y el segundo acabara venciendo.
Cuando acababa de estar con ella sentía que ya había cumplido como "novio", como si hubiera ayudado a una ancianita a cruzar un paso de cebra y completar así la acción solidaria del día. Incluso ella llegó a no mostrarme sus cartas, a jugar sucio y apostar por otro, y yo supe perder e intentar seguir jugando la partida.

Poco a poco fui quitando las vendas que cubrían mis ojos, porque las del corazón ya hacía tiempo que las había cortado. Llegó a un punto en que seguir estirando lo nuestro daría de sí la goma, y acabaria partiéndose y rebotando, como un látigo, contra nuestras inesperadas narices.

Así que decidí cortar el hilo antes de recibir un duro golpe, y francamente, desde aquel día me siento libre.
Hice lo que consideré correcto, y le duela a quien le duela, lo hice bien, sin hacer daño a nadie, sólo haciéndolo para no destruirme a mí mismo y acabar en un bucle infinito que sólo sabe Dios qué desenlace hubiera tenido, aunque no pintaba muy divertido.

Una relajada y fresca primavera cedió su trono al verano, que pasó como si Cronos hubiera vencido esta vez a Morfeo.
Ella creyó en la mitología del ave Fénix como una ventana hacia la esperanza de nuestra relación, podrida ya de antaño en el invierno. Creyó que resurgiría, como este fantástico pájaro, de las cenizas de nuestro entrecomillado amor, puesto que como antes he dicho, comenzamos la casa por el tejado.
Volvió a atormentarme con sus historias de niña, parecía haberse quedado en los 15 años tras unos cuantos de relación, sin entender que no quedaba ya nada, que la última bala se había acabado, que el vidrio de nuestra botella hacía tiempo que se había secado.
Pensé en el héroe que decapitó a la hidra y luego surgieron más y más cabezas.

Hasta que llegó al punto de que su locura, su egoísmo y sus ansias de volver llegaron a terceras personas; eso si que me enfadó bastante. Desde que lo dejé con ella he estado intercambiando besos con la chica de la lluvia, la de las trenzas de arena, y parece que lo presentía y por ello nos odia.

Yo aquí, sin tener aparentemente la culpa de nada, he llegado a hacer daño de verdad a alguien, y por mi culpa, terceros se han llevado pajas mentales que no deberían.

Todo por creer en la aventura del amor... Quién me mandaría a mi



Post Scriptum: Ahora que ya ha llovido, y que la lluvia parece irse a otros terrenos, escribo esto que, desde que empecé este blog, deseé escribir.
Deseé que acabara todo casi al momento de empezar. Este desahogo es la síntesis de un semestre complicado para mí, pero en el que me doy cuenta de los grandes amigos, y amigas que tengo.
Gracias a todos, pero creo que ahora viene un tiempo en que no creeré en el amor eterno.

13 de julio de 2011

De náufragos perdidos...

Y pretenden que hoy me acuerde de la cordura
cuando parten los trenes que un día pude coger
y me arrepiento ahora, buceando en la amargura
sin abrir el correo, ni llegar al expresso del amanecer

Son tres las historias que aquel mendigo cuenta
con su alma enérgica de joven, y su cara de viejo
y al mirar a este anciano que no inventa
me veo de nuevo reflejado en el espejo

Son bohemias baladas de gallos
que no anuncian el alba,
de relojes de arena
que se paraban
de náufragos perdidos en aguas extranjeras
que volvían abatidos
pero disfrutaron del calor
de las mejores sirenas.

Son lobos aullándole a las dos lunas de Enero
son mercaderes ambulantes del destino, del te quiero
son galeones encallados en las rocas de mi alma
son historias de mi vida, que parecen no encontrar la calma

11 de julio de 2011

Oh Capitán, mi Capitán

Hoy me apetece perderme.
Da igual el lugar, y el medio de transporte.
No necesito a nadie hoy. Llevo un tiempo al borde del abismo, parecía que esta vez un vientecillo fugaz me susurraba que esta vez sí, que era el momento.
Que los engranajes ya estaban rodando, y todas las piezas sobre el tablero dispuestas...

Dispuestas para arrastrarme a una inevitable derrota.
Me siento como si hubiera perdido, aunque no haya finalizado todavía la partida.
Pero sé que no aguantaremos mucho más.

Una luz se atisba al final del prado, ahora ensombrecido por nubes negras
Nos queda un duro camino, un largo ascenso sobre la loma.
Y tarde o temprano, llegará el final.

Pero no hay que quedarse en ese punto del camino; sería demasiado fácil atascarse en el bucle infinito de la desolación, dejándonos llevar por la locura de los que están en la misma situación que nosotros.
La filarmónica ya está preparada para interpretar el Requiem, y el cielo truena como si los dioses del Valhala estuvieran en una última disputa, en el definitivo juego por la supervivencia.

Debemos estar fuertes y preparados para el momento, inminente y tenebroso.
Pero reitero y no pierdo mi esperanza en esa joven ilusión que se divisa más allá del dolor. Volverá la sonrisa a nuestros corazones y todo se aclarará y volverá a su orden lógico, al reinicio del ciclo de la vida, del juego del cual todos formamos parte, y del cual no podemos abdicar.

Una última despedida, un abrazo eterno en el ocaso de una vida, un viaje pacífico y tranquilo, carente de equipaje, al filo del collado, sin rumbo, sin dirección...
Pero repleto de Libertad.

22 de junio de 2011

Versos de rabia contenida

Dejarlo todo atrás, y enfrentarme a la verdad
Recorrer el camino es mi destino, y cada paso que doy más me arrepiento
pues en el fondo de mi mismo siento
que debo alargar poco a poco el tiempo
que queda, para no ver el final.

Y cuantas más piedras del camino sorteo
más me doy cuenta de la farsa de este juego
madurando con los años dejas de ser ciego
ves que poco a poco te consume el fuego
para caer, finalmente, abatido, en los brazos de Morfeo.

El sueño eterno, buscan algunos
sin darse cuenta de que tras cada abeto
que dejan atrás, huye un cuarteto
de su breve historia, resumida en un soneto
que no abarca ni la hora previa al desayuno.

Y ese es nuestro rol en este mapa
de sueños, alegrías y tristezas
seguir paso a paso, acercándonos a la certeza
que poco a poco perderemos la cabeza
o la ocultaremos entre el sombrero y la capa.

Y todo culminará en un estallido
de estrellas en el infinito cielo
y yo con estos versos desvelo
que la existencia se aferra a períodos de celo
Alentados bajo el mando de Cupido.

"Sólo estamos aquí para perpetuar la especie".
Y los que sobran (que son muchos) que se vayan.

A la mierda, que hoy estoy nihilista

15 de junio de 2011

La Jornada previa a un gran viaje

La organización, escasa. Las ilusiones, infinitas.
Porque no importa cuánto papel, cuánto tiempo, se gaste organizando un evento que, desde el primer momento, intuyes que va a ser inolvidable.
Un mapa, una brújula, dos mochilas (aunque quizá deberían ser más) llenas de ilusión, de esperanza, de energía.
Lo suficiente para partir.
Pero partir hacia un lugar quiere decir dejar algo atrás:
Aquí ya se quedan las abominables noches soporíferas y calurosas, la tensión acumulada durante días, para la posterior consecución de resultados que, acordes o no con lo previsto, no son más que celulosa manchada de tinta...
También quedan atrás miles de momentos, efímeros, pero pesados, capaces de arrancarle a cualquier duro ladrillo, a cualquier serio árbol, o incluso a la guardia real, una delicada sonrisa.
Todo queda atrás, a fin de cuentas. Estoy escribiendo esto como resumen del año, de un año diferente, extraño, rocambolesco, y lleno de sorpresas inesperadas...
La rutina del comienzo cayó por su propio peso, como la manzana que nadie recogió en su día, y, desesperada cayó sobre la cabeza de un genio que por casualidad descubrió la gravedad...
Una gravedad que ha conseguido atraparme en un bucle que parecía no tener fin. Ese bucle, turbio al principio, me permitió discernir el colorido paisaje que había más allá de las rejas de mi ventana.
Alguna escapada con los maquis y los guardias civiles, y mis contrafuertes más potentes me hacían flotar, saliendo también de ese bucle.
Sorpresas en el sentido de aprender de lo desconocido, y sobre todo también aprender de lo conocido, un estudio profundo atraído por una serie de causas que nadie, todavía, se explica.
Y qué más dará lo demás.

No volveré a poner la cara para recibir otra bofetada, simplemente la pondré para que me azote el aire fresco del norte.
Sé que pronto veré sus soles azules desafiando a la noche y a la luna, y reivindicando su propio brillo frente a las poderosas estrellas.
Y al de la piel morena, lo dejamos con sus versos que parecen perdidos, pero no lo son; su relación interna es tan desarrollada y abundante como los capilares sanguíneos.
Y al meteco, lo abandono con sus debates bélicos.
No te preocupes, volveré.
A mi lectora le digo lo mismo que al meteco, pero sé que con ella lo tengo más fácil eso de vernos.
Y a los demás, los que se quedan atrás... no es que me haga gracia hacerlo, pero tampoco se me cae el alma a los pies.

Una pena que no vengáis más gente a este viaje, que se presenta esperanzador....
Sólo busco libertad, paz, tranquilidad, descanso...

5 de junio de 2011

Trenzas de Arena

Un reto
La vie en rose. La suerte de haberte conocido.
Un paseo melódico en la alameda.
El vicio del juego de burlar lo establecido,
El sueño de una siesta por la tarde en la vereda.

El reto de escalar una meseta
donde una brisa suave aguarda tu llegada.

Y no será el hecho de lograr el objetivo
la sensación que mas te invada por dentro
sino será darse la vuelta y reconocer el camino recorrido
duro y áspero, sin sombras en los almendros.

Volviendo a sentirme en armonía
con lo que hace unas horas daba por perdido
extraviado por esos días escasos de alegría
pero ahora ya está todo decidido.

Y si existe un Dios, allá en lo alto
oculto tras la luna llena,
comprenderá que yo no quiero oro ni cobalto,
que yo solo quiero sus trenzas de arena.

30 de mayo de 2011

Como quinceañeros

Volvemos, de vez en cuando, a aquellas edades en lo que prima lo absurdo, la mente se deshilacha en pensamientos absurdos, que no tienen sentido, pero que satisfacen todo lo que nuestro organismo desea.
Es en aquellos años locos cuando una canción, un verso,una conversación banal, una turbia mirada en el espejo, el inesperado descubrimiento de lo que tuviste ante tus ojos durante tantos años, y pasó desapercibido, pero que ahora vuelve a brillar, como un tesoro medio oculto bajo la arena del mar que brilla al darle el sol del ocaso... Todas estas sensaciones son capaces de hacerte sentir lleno, realizado, completo, satisfecho. En definitiva te sientes vivo.

Tan pronto como vino, la ola se va. Y todo vuelve a ser gris. La cercanía de la imagen queda ahora difuminada cual si de un espejismo se tratase...
Ilusión es un concepto asociado a unas leyes no fijadas que son capaces de crecer con la velocidad de un álamo, y de ser taladas de repente como las grandes secuoyas norteamericanas. Se desbarajusta en un soplido todo aquello que tanto tiempo ha costado crear.

No sé que será de todo este girón de nubes que amenaza desde hace un tiempo... Nunca he sabido intepretar la doble dirección de las palabras. Espero que todo salga según lo previsto, y vuelvan a sonar esas canciones de los 15 años, las tardes de primavera, y que nada se rija bajo la batuta de ningún maestro, que surja la melodía como por arte de magia. Así han de ser las cosas, tan bonitas como improvisadas...

25 de mayo de 2011

El breve espacio en que no estás.

Ah, me olvidaba decirte que...
Que tengo unas ganas de hacerte el amor que no te puedes imaginar,
pero esto no se lo diré a nadie, sobre todo a tí;

Deberían torturarme para obligarte a decirlo, a decir que quiero hacer el amor contigo, no una vez sólo, sino cientos de veces, pero a tí no te lo diré nunca.

Sólo si me volviera loco te diría que haría el amor contigo aquí, delante de tu puerta, toda la vida...
Ella es como esa canción que descubres por casualidad, y no puedes dejar de escucharla...
      
                                                                                                         Roberto Benigni

16 de mayo de 2011

Le Concert

Es tarde ya. No hay tiempo para mucho más.
Me demoré en mi trabajo esta noche
La chica rubia, a mis espaldas, habla con su chico por teléfono.
Ocho minutos. Buen número.
En ocho minutos morirá.
Es oscuro, pero es así.
La chica rubia parece disfrutar con el teléfono.
Es la misma rutina de siempre.
"Yo ahora me pongo a estudiar, tu que tal, yo  bien..."
 No parece cansarse de ello...

Perdidos, atrapados en las fauces del tiempo.
Muriendo vivos.
Sin disfrutar de las estrellas, sin ver un futuro claro
sin botellas...
Y puede que nos falte ella.
Mañana puede que salga el sol
No lo sé
Es otra incertidumbre
Es un círculo vicioso, como la lengua de las mariposas.
4 minutos. Su fin está cerca.

Pobres de aquellos que arruinan su vida
que mueren día a día, atrapados en cárceles de amor.
Trabajo, autobús, ciudad, demora, lluvia, gris...
Suena la armónica, flanqueada por rasgueos de guitarra.
Sol, verde, prado, cielo, azul, aire, agua, libertad.
Cesa la armónica.
Entra el piano, acompañado de un noctámbulo acordeón.
Pasión, locura, rojo, placer, odio y gozo en partes iguales.
Es el tiempo de los violines ahora.
Frío, otoño, hojarasca, marrón, como los ojos del homicida, agua, viento,
lluvia, gabardina y sombrero.

Aquí aguardo, vaciando con la pluma mi tintero
esperando,impaciente
el próximo invierno

29 de abril de 2011

Hasta pronto, Nacho... 23 Mayo 2009

El otro día me desperté sonriente y con una lágrima resbalando por mi mejilla.
Realmente había tenido un bonito sueño. Iba yo caminando por Andorra, quizá ya me retiraba cuando, de repente, no sé si apareció de la nada o me topaba con él tras una esquina, mis ojos se encontraron con otros de un marrón inconfundible.

Era Nacho.

Mi corazón, palpitante de alegría al reencontrarme con él tras este tiempo, latía con fuerza...
Estuvimos hablando un buen rato, como dos amigos que se encuentran tras unos meses en los que han estado separados.

Me contaba que, allá donde estaba, en aquel lugar, no se estaba del todo mal. Que nos echaba de menos, pero que se encontraba bien. Le recordé lo muchísimo de menos que lo echábamos todos aquí...
Seguía jugando al fútbol, haciendo driblings a los rivales, seguía sonriendo.

Una de sus frases que me gustó fue la de: "No quiero veros tristes". Me dejó sin palabras.
Tras esta agradable charla, me dijo que ya tenía que marcharse, que probablemente iba a despertarme en unos segundos.
A partir de aquí solo recuerdo un largo abrazo entre los dos, anegado de lágrimas.

Después desperté, sudoroso, sonriente y con los ojos llenos de lágrimas. Fue realmente un bonito sueño, una despedida para él, un "hasta pronto"...
Fue el sueño más triste y a la vez el más hermoso y alegre que he tenido nunca.

Sigo pensando que, allí donde esté, tuvo también el mismo sueño, o entró, de algún modo inexplicable, dentro de mí para decirnos a todos adiós...
Sólo me queda decirle una vez más que, gracias por todo, por los buenos momentos allí en la playa o en la nueve, o en los entrenos y partidos...

Hasta siempre, jugón.  Nos veremos pronto.

21 de abril de 2011

Divina Comedia

Desde el día en que nacemos.
Todo se desarrolla a su ritmo, y tú eres ajeno al desbarajuste de actos consecutivos que es la vida. Pero un día te entra lo que llamaré conciencia de género humano, y decides introducirte en este loco torbellino. Para ello, una serie de preguntas:
¿Dónde estamos? ¿Qué es toda esta mentira? ¿Por qué es todo así?

Nuestra vida se desarrolla entre mentiras.
La primera mentira es el tiempo. Nos abruma demasiado y no es más que un absurdo ser abstracto, pero nos controla. Me siento como en un enorme reloj de arena, y cada grano que cae del embudo superior, me martiriza la espalda. "Cada segundo que pasa son más cerca de las 8, y, como buen estudiante, tengo que levantarme y estudiar!". Nos guía un aparato electrónico que nosotros mismos hemos creado; nos dice cuándo levantarnos, cuándo comer, y cuándo dormir, actividades vitales humanas. En esto envidio a los animales: comen cuando pueden, porque para ello han de cazar, pero cazan cuando quieren.

Como persona joven que se introduce en este mundo de cartón (porque cualquier día viene una ventolera y se lo lleva por medio), podré hablar de dos mentiras más:

La primera es la política.
Qué decir de la política, en un mundo plagado de guerras, odio, intereses económicos, corrupción, falseamiento... Es muy triste especular con los bienes de la gente, robar su dinero, etc. pero mucho más deleznable a mi juicio es jugar con la ilusión, haciendo promesas absurdas que nos hacen tragar. "Pon el culo, que te doy por detrás". Es así.

Otra mentira es la vida cotidiana.
Pagamos 5 euros por una coca cola y un chorrito de whiskey, y 1,20 € (hace unos años era 1€, y hace más todavía eran 100 pesetas) por 30 centilitros zumo de cebada con malta (dígase cerveza).
Pero, nuestra generación joven, acomodada en el sillón que papa pagó gracias al estado del bienestar, no lucha, no quiere darse cuenta de lo que está ocurriendo, no quiere introducirse en este falso torbellino que he nombrado antes; y no hay más ciego que el que no quiere ver (o no hay más ciego que el que sale todas las noches a cerrar los bares).

Pero no nos importa. Mañana intentaremos ligar igual, y para ello beberemos varias cañas a 1,20 y algún cubata de 5 €, y si ella nos mira, y ya si nos besa y acabamos acostándonos, pues dormiremos satisfechos.
Pero si ella no lo hace, pues pajote y a dormir, que también es agradable..."Ya caerá esta breva otro día",es el pensamiento al que te aferras.

Dicha toda esta sarta de tonterías que yo considero ciertas, les hago una pregunta: ¿A dónde huyo yo ahora?

Que alguien renueve este país, por Tutatis....

Salud.

17 de abril de 2011

Volver

Ya he vuelto. He apurado hasta el último momento para marcharme, como cuando de pequeño bebía la leche despacito, para que no se acabara pronto.
Siendo sincero, al pisar de nuevo la acera del pueblo, pensé en lo bonita que me parece mi casa cuando le incide el sol de poniente.
Una vez dentro, besos y saludos, y al sofá.

Y dentro de mí un vacío muy grande, capaz de crear el eco eterno.
Ya fuera de casa, sales con la esperanza de que las cosas hayan cambiado.
Lo bueno sabes que no lo hará nunca; tus amigos serán siempre igual, te recibirán con los brazos abiertos, y a los dos minutos, te encuentras con una cerveza en la mano y les ves como si no hubiera pasado todo este tiempo separados, como si ayer nos hubiéramos visto.
Esa parte sabía que iba a ser igual que antes.

Vuelves a casa ilusionado, con la idea de que ojalá los "conocidos, que no amigos" y su forma de ser hayan cambiado, de que haya armonía en lugar de miradas desafiantes, y risas en lugar de palabras estúpidas y sinsentidos.

Hoy me he desengañado. Nunca cambiará nada. Ellos seguirán siendo la misma escoria que son y han sido durante todos estos años.

No me gusta este lugar. Volveré a partir de hoy lo que sea necesario.
Sueño con viajar, pero no siempre al mismo sitio como acostumbro a hacer cada viernes.

Quiero comprar un billete de ida... y ya pensaré si compro el de vuelta.
Quiero ir al sur a dedo, quiero vivir una temporada en el norte, quiero que muchas personas se olviden de mí, y otras tantas quieran conocerme, como yo os quiero conocer a vosotros...

Concluyo diciendo que
cada vez
odio más
la palabra
Volver...

10 de abril de 2011

La llama se va apagando

Y cuando lo único que falte
en la madrugada del martes
sea tu piel morena
sobrará la ropa, sobrarán las llamadas
y me digo, valiente, vuelve a las andadas.
Será mejor que cerremos la puerta.

Y tras la batalla
mano a mano en tu cama
se calmará la tormenta
y un náufrago en la playa
se volverá loco entre tanta arena.

Le falló su sirena, a la cual se aferró
como a un clavo ardiendo
ni bajo sus faldas ni sobre su cuello
encontró remordimientos.

Y el pirata canalla ladrón de caderas
olvidó a la sirena y volvió a navegar
de la misma manera...

1 de abril de 2011

De mi final (25 Marzo 2011)

La peor manera de empezar un escrito es preguntarse cómo hacerlo. Es una sensación que te invade, y se adueña de tu cuerpo, tratando de plasmar con palabras todo aquello que hay en tu interior.

Aunque quizá necesitemos otro código; las palabras no son fiables, con su sinfín de dobles sentidos y malas interpretaciones.

Lo que trato de expresar hoy es que no se si estamos actuando bien. La función comenzó hace ya tiempo, eso de sobra lo sabemos todos. Ya nos dejamos los nervios en el camerino, y una gota de sudor causada por los potentes focos del espejo.
Todos llevamos máscara, continuamente ocultos bajo una fachada de cartón pluma.

Quizá sea una sobreactuación...

Ya llevamos 18 años sobre el escenario, a duras penas lo estamos sacando adelante.
Y me repito, no se si lo estaremos haciendo bien, no hay más que ver las caras largas de los marqueses en el palco, y las de los acomodadores, nerviosos, mirando su reloj, impacientes por llegar a casa, donde seguro les aguarda un candente plato de sopa.

Yo no se lo que a mí me aguarda. Supongo que lo que a todos: tras la caída del telón, sonarán campanas en la iglesia, una pequeña esquela en la sección de necrológicas del periódico local, para no ver en el réquiem solamente al párroco, acompañado de dos viudas de luto, y los cuervos en el camposanto aguardando vivazmente la hora de su banquete.

No pido mucho para mí el día que llegue mi hora; sólo quiero que recuerden que más o menos, me voy con la sensación de haber hecho las cosas bien, y que sobre todo, sepan que he hecho todo lo posible por ser feliz.

Y a Darío le encomiendo un último favor: que de vez en cuando decore mi nuevo hogar con siete crisantemos.
Eso, y una valoración positiva a la función teatral que es mi vida en la sección de críticas del diario.

30 de marzo de 2011

Comenzamos...

Saludos a todos. Comienzo este blog con la idea de usarlo para liberar mi mente de información excesiva. No pretendo ser popular, ni ser un gran poeta. Es una herramienta desencadenadora de mis sentimientos. Colgaré escritos propios, y también buenos fragmentos de historias y conversaciones que tienen relevancia para mi y a las cuales admiro.

Comenzamos.

Hoy era la noche. Ambos lo sabíamos. Todo sucedió, así por casualidad.
Lo único que deseaba, mientras nos despedíamos ( y también tú, desde el umbral de tu puerta, parecía que me llamabas con tu cuerpo) era entrar en tu habitación.
Era, por así decirlo, la primera invasión de tu intimidad, pero qué bien te defendiste...
¿O esa defensa era sólo fachada, y en el interior ambos sabíamos lo vulnerable que era?

Ojalá los otros se hubieran desvanecido como figuras de arena frente a una tormenta tropical...

Esta noche era la idónea para dar rienda suelta a todo lo previamente acumulado.
Sin quererlo, me has abatido con las flechas de tu seducción, y yo me marcho, cansado y alicaído, como un ciervo herido por una saeta que, certera, está clavada en su pecho.

No temas, volveré...