16 de enero de 2014

Et in Arcadia Ego

¿Qué hay?
Eco
¿Quién hay?
Nadie
¿Quién eres?
El Meteco
¿Qué eres?
Aire

Soy la faramalla que se junta en el otoño
que hace el amor con otras hojas
compartiendo su destino unos segundos,
ingrávida
y al instante, de todas ellas se divorcia.

¿Qué buscas?
Agua.
¿Qué temes?
Traiciones
¿Qué amas?
Nada.
¿Qué sufres?
Tentaciones.

Soy el fuego de un corazón podrido
que llena de hedor las calles del vecindario.
Soy el que comprende en qué se ha convertido
este mundo anónimo, egoísta, estrafalario.

¿Dónde estás?
In Arcadia ego
¿A dónde vas?
No lo sé
¿Cuándo irás?
Sé que no llego
¿Con quién irás?
Con el café de ayer.

Temo y me falta una letra en el verbo.
Temo al día, al sol, a la noche y a sus gatos
Pero, ¿por qué temo, si ya estoy perdido?



Mi pluma dice que vuestros ojos mediocres son ingratos.


12 de enero de 2014

A un olmo seco

A un Olmo seco- Antonio Machado

Al olmo viejo, hendido por el rayo 
y en su mitad podrido, 
con las lluvias de abril y el sol de mayo 
algunas hojas verdes le han salido. 

¡El olmo centenario en la colina 
que lame el Duero! Un musgo amarillento 
le mancha la corteza blanquecina 
al tronco carcomido y polvoriento. 

No será, cual los álamos cantores 
que guardan el camino y la ribera, 
habitado de pardos ruiseñores. 

Ejército de hormigas en hilera 
va trepando por él, y en sus entrañas 
urden sus telas grises las arañas. 

Antes que te derribe, olmo del Duero, 
con su hacha el leñador, y el carpintero 
te convierta en melena de campana, 
lanza de carro o yugo de carreta; 
antes que rojo en el hogar, mañana, 
ardas de alguna mísera caseta, 
al borde de un camino; 
antes que te descuaje un torbellino 
y tronche el soplo de las sierras blancas; 
antes que el río hasta la mar te empuje 
por valles y barrancas, 
olmo, quiero anotar en mi cartera 
la gracia de tu rama verdecida. 
Mi corazón espera 
también, hacia la luz y hacia la vida, 
otro milagro de la primavera.