8 de diciembre de 2013

2 de diciembre de 2013

Un lunes que tropieza

Qué difícil es no tener cerca tu oído
acercar mis labios, y mis manos suavemente
levantar tu pelo y decir todo lo que nunca he dicho.
Será volar sentado, de una forma diferente.

Qué difícil es dormir sin tu latido
qué difícil, sin el calor de tus venas
que me calman como a la bestia del arpa el sonido,
como el elixir de la vida en manos de un alma en pena

Qué difícil cumplir en esta cárcel mi condena
qué difícil debe ser para Romeo su oficio
qué lejos quedan las noches de miradas y de vicio...
quizá hasta ya se ha blanqueado tu piel morena