Desde el día en que nacemos.
Todo se desarrolla a su ritmo, y tú eres ajeno al desbarajuste de actos consecutivos que es la vida. Pero un día te entra lo que llamaré conciencia de género humano, y decides introducirte en este loco torbellino. Para ello, una serie de preguntas:
¿Dónde estamos? ¿Qué es toda esta mentira? ¿Por qué es todo así?
Nuestra vida se desarrolla entre mentiras.
La primera mentira es el tiempo. Nos abruma demasiado y no es más que un absurdo ser abstracto, pero nos controla. Me siento como en un enorme reloj de arena, y cada grano que cae del embudo superior, me martiriza la espalda. "Cada segundo que pasa son más cerca de las 8, y, como buen estudiante, tengo que levantarme y estudiar!". Nos guía un aparato electrónico que nosotros mismos hemos creado; nos dice cuándo levantarnos, cuándo comer, y cuándo dormir, actividades vitales humanas. En esto envidio a los animales: comen cuando pueden, porque para ello han de cazar, pero cazan cuando quieren.
Como persona joven que se introduce en este mundo de cartón (porque cualquier día viene una ventolera y se lo lleva por medio), podré hablar de dos mentiras más:
La primera es la política.
Qué decir de la política, en un mundo plagado de guerras, odio, intereses económicos, corrupción, falseamiento... Es muy triste especular con los bienes de la gente, robar su dinero, etc. pero mucho más deleznable a mi juicio es jugar con la ilusión, haciendo promesas absurdas que nos hacen tragar. "Pon el culo, que te doy por detrás". Es así.
Otra mentira es la vida cotidiana.
Pagamos 5 euros por una coca cola y un chorrito de whiskey, y 1,20 € (hace unos años era 1€, y hace más todavía eran 100 pesetas) por 30 centilitros zumo de cebada con malta (dígase cerveza).
Pero, nuestra generación joven, acomodada en el sillón que papa pagó gracias al estado del bienestar, no lucha, no quiere darse cuenta de lo que está ocurriendo, no quiere introducirse en este falso torbellino que he nombrado antes; y no hay más ciego que el que no quiere ver (o no hay más ciego que el que sale todas las noches a cerrar los bares).
Pero no nos importa. Mañana intentaremos ligar igual, y para ello beberemos varias cañas a 1,20 y algún cubata de 5 €, y si ella nos mira, y ya si nos besa y acabamos acostándonos, pues dormiremos satisfechos.
Pero si ella no lo hace, pues pajote y a dormir, que también es agradable..."Ya caerá esta breva otro día",es el pensamiento al que te aferras.
Dicha toda esta sarta de tonterías que yo considero ciertas, les hago una pregunta: ¿A dónde huyo yo ahora?
Que alguien renueve este país, por Tutatis....
Salud.
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