8 de diciembre de 2013

2 de diciembre de 2013

Un lunes que tropieza

Qué difícil es no tener cerca tu oído
acercar mis labios, y mis manos suavemente
levantar tu pelo y decir todo lo que nunca he dicho.
Será volar sentado, de una forma diferente.

Qué difícil es dormir sin tu latido
qué difícil, sin el calor de tus venas
que me calman como a la bestia del arpa el sonido,
como el elixir de la vida en manos de un alma en pena

Qué difícil cumplir en esta cárcel mi condena
qué difícil debe ser para Romeo su oficio
qué lejos quedan las noches de miradas y de vicio...
quizá hasta ya se ha blanqueado tu piel morena

19 de noviembre de 2013

Que hasta los Beatles te hicieron una canción...

¿Cómo olvidar la laguna estigia de tus ojos?...
donde nací muerto
donde encontré las joyas, el oro,
el ingrávido tesoro de tu corazón abierto

¿Cómo olvidar tu canción?
Preso yo de la inefable prisión,
de los barrotes de tus pestañas;
mirada de fuego candente, pupilas ardientes
que me atrapaban.

Fuego boreal de nieves perpetuas.
Así era su boca,
así eran sus piernas.

Cuando te nombro, oigo Norte,
oigo frío, oigo hierba.
Oigo abrazos perdidos en una
sábana desierta.

Tú, tu brío, tu Tierra,
tu portento, tu aroma,
tu riqueza
Tu belleza del Pirineo,
tus pupilas secas.
Tu pecho de serranía
y tu corta melena.
Tus poemas rotos y la luna llena
el laberinto eterno
de tus trenzas de arena.

Nunca me entregué ni me he apartado
ni me he rendido frente al camino
mas no quisiera saber que he malgastado
la mermelada que en tus labios me sirvió el destino.


                                                                                                          A Julia...


17 de noviembre de 2013

Domingo.


Domingo de ausencias y de albadas tristes.
Domingo de salvas de honor sobre un féretro negro.
Domingo de caída de hojas y alpiste
Domingo de nubes, de rayo y de trueno.

Domingo de verte a color a lo lejos.
Domingo, otra vez que no beso tus manos.
Domingo de verte, otra vez, en blanco y en negro.
Domingo de ex-presos, café americano.

Domingo de amnistía en el de patio del colegio.
Domingo de paz, de angustiosa calma
Domingo de lluvia, y te echo de menos
Domingo de ver otra vez tu mirada
Quebrada en las ruinas de mis rotos espejos.




N.del A.: El verso nº 9 precisa de la siguiente aclaración: La "amnistía en el patio del colegio" debe ser interpretada como la liberación del amor quinceañero que todos hemos sentido alguna vez. Representa su máxima expresión, la libertad que experimenta y por ende, su realización.




1 de noviembre de 2013

Mi pájaro azul

Hay en la alcoba un último rincón al que la luz no llega.
Hace frío y es húmedo este rincón.
Los adoquines de piedra que lo rodean
le dan un aire de sólida compostura.
Pero el hueco aúlla soledad...

Es fuerte sin necesitar su armadura
De hecho, es su armadura quien le hace ser odiado
Porque ningún ser humano querría nunca dormir en ese hueco.
Los viajantes odian las piedras separadas por donde corre el viento
por donde se cuelan, a fuego lento, líquenes y musgos de humedad otoñal.

Hay en la alcoba un último rincón donde habita el olvido.
Alguna vez en mis paseos por la quinta me detuve en este sitio
Y nunca recuerdo nada, y eso que la alcoba me atraia por su nostalgia.

El rincón de la alcoba cada día me cautiva más.
Hace tiempo que no subo, quién sabe si por miedo
quién sabe si por demasiada valentía.

Pero yo se que en el rincón de la alcoba
yace en duermevela la Verdad. Nada existe salvo en aquella alcoba.
Nada.
Y ningún lugar salvo uno puede compararse como portador de la Verdad.

Sólo podemos encontrarla bajo el suelo envejecido,
arropado por las hojas caídas,
muertas tras la quimioterapia
de los árboles de Otoño.


9 de octubre de 2013

La Mala Hora

El día a día de mi vida se podría resumir así:
"Paso 23 horas de felicidad plena, o al menos eso creo yo. Me entretengo, leo libros, descanso, pierdo el tiempo... Hablo con gente, disfruto de los colores del Otoño, admiro las hojas que se dejan llevar por el viento, sin importarles a dónde irán ni con quién se juntarán. Caen de los tilos de New Walk y vuelan hacia quién sabe dónde. Es un espectáculo realmente hermoso. Disfruto también de hablar con la gente, de conocer sus inquietudes y a veces de profundizar en su alma, llegando a sus raíces, aunque como dijo Tolkien, "deep roots are not reached by the frost". No se puede conocer a una persona en su totalidad, todos tenemos un pequeño mundo interior, una caja de Pandora reservada para nosotros mismos. Una hora al día para mi. Y es en esta hora restante de mis días a la que yo llamo "La Mala Hora"; así de paso, rindo tributo al gran Gabriel García Márquez.

Es así que en esta hora "mala", suceden fuertes pensamientos, recuerdos imborrables, nostalgia y una gota de incertidumbre en mi cabeza. Me ocurre casi todos los días, esté donde esté. No importa si estoy en mi hogar, mi segundo hogar, o si estoy tirado en cualquier bar. Eso sí, la Mala Hora siempre llega en Soledad. Y escribo Soledad en mayúsculas porque para mi es un hecho muy importante. Quizá en Soledad es cuando llego a mis más profundas raíces, cuando la escarcha me congela el espíritu. Y es aquí donde empiezan mis dudas. No os lo he dicho antes, pero estoy lejos de casa. Partí hace poco en una nueva aventura, que mucha gente ya ha realizado, y mucha gente realizará después de mi, y quieras que no, la mayoría vuelve sana y salva, aunque seguro que algo han cambiado, para bien o para mal. ¿Qué de original tiene, entonces, que yo esté largando aquí mi historia, si ha sido ya contada en miles de ocasiones por otras lenguas? Supongo que es porque yo quiero darle importancia a mi viaje, sentirme importante, sentirme un héroe. (Qué romántico....)
Quiero sentirme un hidalgo de rocín flaco que parte de casa sin mirar atrás, haciendo el corazón duro, dejando amigos, amores y ambientes, para buscar otros nuevos, para aprender a valerse por si mismo, como debió sentirse el primer hombre que conquistó el Everest, mirando este putrefacto orbe desde las alturas, y sintiéndose, por qué no, el Rey del Mundo. Aunque a mi no me gusta hablar de monarquías, ni de poderes superiores, porque quiero creer que todo el mundo es igual, y quiero creer también que yo realmente pienso así, que mi mente es una utopía "correcta".

¿No lo veis? ¿Habéis entendido algo de todo lo que he escrito? Yo tampoco, y tampoco pienso revisarlo ni reestructurarlo, como hacía Bob Dylan al grabar sus canciones. Iba, las tocaba, y se piraba. Y así ha resultado ser uno de los más prestigiosos cantautores de la Historia. Es que a mí me gustan mucho los cantautores. Seguís sin entenderme, ¿verdad? Es que es esta mala hora, que está a punto de acabar, la que me asalta de dudas, me turba el pensamiento y me hace entrar en un delirio de letras que tengo que escupir como sea.

Tal vez los que me hayáis leído alguna vez pensáis que mis escritos son demasiado oscuros, que tal vez son demasiado negativos, o que siempre estoy quejándome o soy bastante nihilista, y me defrauda día sí y día también la actualidad de la sociedad, que para ser sinceros, entre tú y yo, me la suda bastante últimamente ( y se que no debería ser así, tanto para ser un ciudadano de bien, que se preocupa por su sociedad, o tanto como para ser un joven revolucionario, comprometido políticamente, que rechaza el sistema, y lucha por lo que cree justo). Realmente admiro la figura del revolucionario, me gustaría ser un tipo elocuente, que sabe de qué habla y da razones de mérito para su causa. Pero es que muchas veces pienso que estoy anclado en otro mundo, que yo no se de qué va el tema, que mis cánones no se adaptan a los vuestros. Qué romántico es también sentirse un incomprendido... 

Creo que se va acabando la Mala Hora, aunque nunca se sabe. Es como un viaje de alucinógenos que cuando crees que ya se ha ido, vuelve con más fuerza todavía. ¿Por dónde iba? Ah, sí.
No quería acabar este escrito sin mencionar a todos estos personajes Quijotescos, que admiro, de verdad, profundamente, y que cuando parten en sus aventuras no tienen estos momentos "de bajón" que tengo yo, al menos una vez al día. Porque en mi caso, la distancia que me separa del hogar agrava la duración de la Mala Hora. 

La mayoría de veces que he escrito aquí ha sido durante una Mala Hora. Es, por lo tanto, este portal, nada más que mi retrato de Dorian Gray, donde tiro toda la basura que tengo dentro de mi, los pensamientos negativos, y así puedo afrontar, ligero de equipaje, las otras 23 horas que dura el día. Es bastante PeterPanesco. Porque a veces digo ¡Oh! ¡Ha llegado la Mala Hora! Y voy corriendo a mi escritorio, cojo un papel y un boli, no escucho a nadie, pincho las baladas más tristes que se me ocurran, y escurro mi cerebro, sabiendo que de ahí va a salir tristeza a mogollón, y eso es lo que vende. Imaginad un niño que está cazando mariposas con sus amigos y les manda callar en cuanto divisa una para cazarla, "para que no se escape". Para que no se escape mi tristeza, la guardo en frascos aquí. Así que la mayoría de lo que leáis de mi no serán mas que tarros con fecha de expedición de alguna que otra Mala Hora de mi vida.

Espero que no hayáis comprendido nada de lo que escrito, porque al fin y al cabo lo que busco es ser un incomprendido, un poeta en el aeropuerto, algo que todo el mundo pasa por alto, como un grano de arena en un desierto.

Voy a comer algo de queso...

23 de septiembre de 2013

Reflexiones Pirenaicas

Son las 9 de la noche. Hace viento en Sallent. El pueblo duerme, tranquilo, ignorando la inminente lucha que, desde el principio de los tiempos mantienen el Pico Pacino y la Peña Foratata. Se miran eternamente, como son eternamente oscuros esta noche.
Quien no duerme nunca aquí es el envalentonado río Gállego, que brinca entre las rocas inconsciente. Si le viera su mamá, le regañaría "por temerario". Tengo ganas de llorar.

Veo las estrellas. Lugar idóneo y privilegiado es este pueblo para ello: tranquilidad, paz, carente de contaminación lumínica y soledad...

Una estrella es algo tan sumamente puro, natural y brillante, que podemos percibir a millones de kilómetros de distancia, incluso las vemos cuando ya han desaparecido, cuando ya han muerto...

Quiero ser una estrella. Quiero dejar huella, y brillar durante la noche. Qué curioso, mi tienda de campaña y también la linterna hacen ya de mi una pequeña estrella... También puede que yo sea una estrella porque me siento solo. ¿Acaso no se sienten solas las estrellas? Y, pese a ello, siguen siendo hermosas, ingrávidas, intangibles para cualquiera que no piense más que en lo lo que hay a un palmo de su narizota...

Me siento solo, y eso es lo que he venido a hacer aquí. A estar solo, a pensar, a sentir(me). Voy a iniciar una nueva etapa en mi vida y necesito reciclarme. Necesito pensar en no pensar, en olvidar muchas cosas y almacenarlas en mi memoria, último pasillo, puerta trasera: "Momentos Felices y no TanFelices"

Si supieras lo triste que estoy, Leire. Pienso en ti muchas horas al día, y no hay ni un solo momento en que maldiga nuestra desdicha.
Aunque otros pensamientos me llevan a sentir que soy yo siempre el cobarde, el que no quiere la verdad ni la afronta como debe pero... ¿Qué debo hacer?

Ondulan las lonas de la tienda. He de confesarlo: tengo miedo. Entonces, sí queda claro que soy un cobarde... las 9 de la noche y con miedo...

Pero es que es esta oscuridad (respiro hondo), que mira y no deja mirar, esta incertidumbre de no saber qué hay dos pasos más allá. Oscuridad, enemiga y aliada.

Es como si aquí no pasara el tiempo... ¡Ah! El tiempo... ¿Quizá te he vencido aquí, mi fraternal archienemigo? No... Mientras haya un reloj, mientras haya amaneceres y puestas de sol, habrá tiempo. Y tú, maldito tiempo que no me dejas en paz y ocupas mi cabeza, convirtiéndola en una banal agenda de oficina inútil para un ciervo, para alguien que anhela ser hombre libre y pájaro cantor...

Reza el libro que estoy leyendo:
  "Anda, no te quedes así. Has decidido irte, así que vete ya".
Y es que la flor no quería que el Principito la viera llorar. Era una flor tan orgullosa...

11 de septiembre de 2013

The worse, the better

Tiemblo de piernas.
Hoy mi cerebro está absuelto
de crímenes pensativos
de los cuales ya deserto.
Se parten las manecillas
de mis relojes eternos.
Gritan como almas del Hades
los compases de mi silencio.
Soy un pedazo de carne
que ni siquiera gusta a los perros
que ladran buscando a su amo
y mientras yo sigo detrás de ellos.

De mi espíritu ya ni hablo
quién sabe si estará muerto
si yace bajo las amapolas
de algún olvidado huerto.
Si voló lejos de aquí
como un cometa siniestro
abandonándome a mi
en la cárcel de mi esqueleto.
E intuyo que no hay amnistía
en este mundo de presos.

Busco tu cara descrita
entre las líneas de este esperpento
leo en tus labios latidos
Y en tus ojos veo el reflejo
de lo que quisimos ser
hace un tiempo
Y por no tener alas,
por demasiado respeto
por demasiado uso de la razón
o por miedo
dejamos que las cenizas
ahogaran nuestros deseos.
Y acabará la pasión
y no habrá más besos
como nunca más hablarán
las bocas que enmudecieron.

30 de julio de 2013

"Confieso" que he vivido.

Otra vez esta página en blanco que me llama.
Otra vez que no tengo clara la respuesta.
Otra noche escupiendo trozos de techo
y otra puerta que vuelvo a dejar abierta.

Muchas veces me pregunto,
a la hora en que las estrellas trabajan
si todo lo que he vivido
no es más que mi reflejo en la ventana.

Es verdad. No tengo pruebas que me digan
si alguna vez tus dedos de pianista
me rozaron la melena con ternura
o si sólo fue esta bruma que ahora me despista.

Se desvanecen mis recuerdos, uno a uno
ardiendo como la mecha de mi vela
se deshilachan los hilos de mi memoria
como un lienzo de verdades que desvela.

Y me sorprendo a mi mismo otra vez
preguntándome el por qué de esta reyerta
cuando temo que cada noche ese viento
de un golpe, cierre todas mis puertas.

10 de junio de 2013

Lágrimas Heladas

A la luz de una vela,
la música tranquila
Pongo fin a un día terco
en el que acabo ahogado en tus pupilas.

Me conformo con mirarte
sólo a través del rayo de luna
afilado, como afiladas son tus lágrimas
que se clavan en mi pecho, una por una.

Te debo una canción y diez minutos
de besos robados por segundos criminales
¿Por qué no contaron con nosotros
el destino y los dioses al trazar nuestros planes?

Si hay justicia, que nos devuelvan
el tiempo que hoy nos falta.

27 de mayo de 2013

Saturno devorando a sus hijos.


Aprendiendo...
                                      Por Jorge Luís Borges

Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar
un alma, y uno aprende que el amor no significa acostarse y una compañía no significa
seguridad, y uno empieza a aprender...
Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas, y uno empieza a aceptar sus
derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos, y uno aprende a construir todos sus caminos en
el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes... y los futuros tienen
una forma de caerse en la mitad.
Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado, hasta el calor del sol quema. Así
que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le
traiga flores.
Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que uno
realmente vale, y uno aprende y aprende... y con cada día uno aprende.
Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro significa que
tarde o temprano querrás volver a tu pasado.
Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender
cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas.
Con el tiempo te das cuenta de que si estás al lado de esa persona sólo por acompañar tu
soledad, irremediablemente acabarás no deseando volver a verla.
Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por
ellos tarde o temprano se verá rodeado sólo de amistades falsas.
Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir
lastimando a quien heriste, durante toda la vida.
Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es sólo de almas
grandes.
Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la
amistad jamás volverá a ser igual.
Con el tiempo te das cuenta que aunque seas feliz con tus amigos, algún día llorarás por
aquellos que dejaste ir.
Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible.
Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o
temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados al cuadrado.
Con el tiempo aprendes a construir todos tus caminos en el hoy, porque el terreno del
mañana es demasiado incierto para hacer planes.
Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen ocasionará que al
final no sean como esperabas.
Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento
que estabas viviendo justo en ese instante.
Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado, añorarás terriblemente
a los que ayer estaban contigo y ahora se han marchado.
Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que
extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo, ante una tumba, ya no tiene
ningún sentido.
Pero desafortunadamente, solo con el tiempo...

29 de abril de 2013

Qué bonito es soñar.

Es entonces cuando crees que sí,
que todas las canciones fueron escritas para ti
para cada momento
para el cruce de miradas
para ese breve instante de amor sin freno.

23 de abril de 2013

Cicerón en la ruta hacia la Gloria, ¿dónde estás?

En realidad no sé qué hago aquí dando consejos,
si luego soy yo el primero que no sabe lo que anhela:
ser un hombre hecho a sí mismo, que se reconoce en los espejos,
que deja de lado el orgullo, y pretende dejar huella.

Y ¿cómo seguir remando hacia delante,
si en cada charco mi reflejo me revela
que siempre soy yo el malo de la historia?

Y que si no fuera por mi fiel Rocinante
que me acompaña en mis noches en vela
ni siquiera escribiría mis memorias.

Sin él sería malabarista errante
que busca entre las huellas de otros una estela,
que le guíe, como le guía al soldado la búsqueda de la Gloria.

Deshago mi maleta, me desnudo un instante
me miro a mi mismo. ¿Es esta una imagen perfecta,
o simplemente es mi estampa irrisoria?

Para olvidar todo esto bebo vino añejo,
De mí se esconden los niños por las callejuelas...
Sólo espero, cuando llegue a viejo,
que valoren, que perdonen mis errores, al leer mi esquela.

7 de marzo de 2013

Niebla

Ha llovido. La humedad crece desde el césped
y sube como la serpiente de un faquir hasta que se
tapa con el manto de niebla que lo cubre
todo.

Es la situación perfecta que describe ahora cómo
me siento. Me gusta estar protegido entre la
niebla. Nadie me ve. Yo sí les veo a ellos.
Mis ojos no ven más allá de donde les he
ordenado; no les dejo ver el futuro. Me quedo con
lo que me cuentan de hoy, de este momento, de
esta manecilla congelada en el segundero del
reloj. ¿O quizá todo esto sea mentira? ¿Y si
esta niebla no existe y es quizá que soy
invisible a los ojos de la gente? O peor aún ¿Y
si de verdad soy visible y sólo se limitan a
ignorarme? Malditos perros callejeros.
Aún así, disfruto como pez en el agua,
nadando entre la niebla.

Pero el todopoderoso Helios asoma en un rompimiento de
gloria, aparece entre las nubes, majestuoso, recordándome
que la vida son ciclos, círculos que se repiten, a merced
del capricho de Saturno, el Dios del tiempo, que de
tan cruel no indultó ni siquiera a sus propios hijos.

¿Por qué has venido, Oh, Sol, a recordarme con tu
hiriente rayo quemador, que sigo aquí, que estoy
vivo, que esta niebla no es eterna, y que por tanto
no podré estar por siempre escondido?

¡Responde, Miserable! ¿A caso tienes un don que entregarme,
un papel en este esperpento reservado para mi?

Sólo mi reloj conoce la respuesta...

7 de febrero de 2013

Preludio del Alba

Hubo una noche en que desperté medio ahogado en el sudor que desprendía mi almohada.
La noche gobernaba, nadie rechistaba en la supremacía de lo oscuro.
Agonizaba un gato callejero cuando me asomé a mi ventana
y una manada de caballos galopaba en los prados de mis sueños.
Cuando al momento oí la voz de un poeta en mi cabeza,
orando en un púlpito vacío, recitando los siguientes versos:

"Soltad al loco, que ya arrastra delirios de cordura
Soltad a los presos, que gimen en su cárcel de amor
Cortadle el cuello al gallo que anuncia el alba
Porque esta noche, tu cama es mi aventura.
Dejad que llueva otra noche oscura
que ya vendrán días de sol, de gloria, de esplendor.
Dejad que encalle este barco de tormenta en calma.

Huid, 
asomaos a la ventana y gritar
ved, 
sentid que el mundo está cambiando
que  es elección vuestra clavar el puñal
Donde sólo tú sabes que duele, 
donde ningún otro llegaría.

Abre los brazos, amigo
y abarca el mundo con la longitud de tu sonrisa
cosecha amistades, momentos y errores,
y deshazte de aquello que no te de abrigo.
Siente en tu cara e frío de la brisa
Y duerme con ella a la luz de los faroles.

Canta conmigo, hermano
el himno de las noches solitarias
y piensa en mi como parte de ti mismo
ocupa en mi alma el lugar que te corresponde
eres bienvenido
toma otra copa, brinda con vino 
saborea a esta hora el triunfo conseguido."

A esta hora de prima luz, de soledad en el colchón
de los caballos que cabalgan.
A esta hora de alcohol, del gobierno de la sinrazón
A esta hora, preludio del Alba.


28 de enero de 2013

¿Volverás?

Cuando está todo tan de más
cuando miro a través de las rejas
pensando en palabras viejas
palabras que hablan
de libertad.

Mi condena en esta cárcel
no es más que haber perdido,
que haber comido el cebo
de una trampa que me he puesto a mi mismo.

Y lo malo no es mi día a día.
lo malo son las noches de mis sueños
porque soy un soñador despierto,
un orador de alabanzas y cantos a lo hermoso
una esperanza al devenir universal de nuestras vidas.

Noble tarea me impongo al hacer ver el vaso medio lleno
al creer que habrá tormenta en el desierto,
al pensar en el día en que las palomas vuelen de los tejados
y encuentren tal vez, un tejado los sin techo.

¿Quién se creerá mis mentiras?
Si acaso vosotros, yo os compadezco.
Soy un charlatán que engaña y manipula su propia realidad
y por ello vive fuera, en otra galaxia, en otro Olimpo bien distinto.

Y decoro en tiza mis paredes,
con frases de antiguos poetas y bohemios
a los que pregunto, ¡Oh, Cicerones de mi vida!
Busco ayuda en esta búsqueda de mi mismo.

No busco mucho, acaso un adjetivo
o un lugar, que me diga dónde fuiste
una palabra diferente a lo que ahora siento
pues ahora este perdedor se siente triste.


¿Volverás?

14 de enero de 2013

Estrellas fugaces

¿Cuántas veces has pensado "hoy va a ser el día en que muera"?
¿Cuántas maneras posibles hay de cruzar la meta, de mudar la piel, de viajar a lo inerte, de estar aquí o en el otro barrio? En realidad es una transición tan sencilla, que siempre la obviamos, como una fórmula demasiado sencilla para poner punto y final a todos nuestros problemas, como para hacer que se callen de una vez todos los interrogantes de nuestras inquietudes. Y es bueno obviarla, desde luego. Nuestro paso fugaz por la vida, como una estrella errante, es un don tan sumamente positivo y fructífero que no podemos desperdiciar. Hay de todas formas, muchas formas de ser estrella.
Hay estrellas fugaces imperceptibles, demasiado efímeras, de las que nadie se acuerda después. Luego están las estrellas fugaces que son capaces de eclipsar el brillo de la reina luna y la luz de su palacio entre constelaciones Esos cometas son los que exprimen hasta su último segundo de existencia, toda la energía que llevan dentro, porque para qué iban a conservarla.

Pude ver uno de estos cometas en frenesí una noche reflejado en tu iris. Me cegó su luz a través del espejo de tu alma, y quedé muerto, empalado en tus propios pensamientos, para siempre anclado en un segundo de felicidad.

Cuéntame cómo te sientes. Quiero aprovechar este descuido de los dioses, que me han dejado atrapado en un limbo de rosa pálido en el que podré, al fin, decirte todo lo que siempre he callado.

¿Cuántas veces has tenido sus labios frente a ti, oyéndolos, sin escuchar lo que dicen, absorto en el ondulado movimiento de su carne? ¿Cuántas veces le has hablado confiando en que tu mente no te traicionara, porque su mirada te ha cautivado, y se ha hecho tu dueña? Seguiste hablando, rezando porque tus frases no revelaran lo que en realidad sentías.

¿Cuántas veces has vuelto a tu inmadurez, y al cruzarte con ella has olvidado cómo andar? Has vuelto a tener que pensar en arsis-tesis primero el izquierdo y luego el derecho. Y temblando como un preso en su primer día de cárcel.

¿Quién llevará el ejército blanco en esta partida de ajedrez? ¿Quién se atreverá a dar el primer paso?
Quizá lo más sensato y lo más noble sea que yo coja solamente una pieza, el caballo, y huya lejos de aquí.

Ahora ya lo entiendo.

Mis hipocondrías no son más que saludos cordiales que envío desde esta caverna al mundo exterior, un contrato firmado con vistas al futuro, que hay que ir cuidando desde el principio.
Y tú eres el vínculo que me mantiene aquí encerrado. Tú eres el viento que encabalga mis versos, la aguja que lidera al hilo que teje, día tras día mi existir. Tú, que tan pronto te acercas y huyes de nuevo. Besas, como las olas, las playas de mi patria y te vas luego, en silencio sin decir adiós, por la puerta pequeña, creyendo que así no molestas al poderoso rey del castillo una vez le has sido de ayuda, de nuevo. Pero no es así.  Ya está cansado de ir en busca de princesas; este rey sólo tiene ojos para esa puerta por la que tú entras. Y esperará otra vez hasta el amanecer a ver si con suerte, para siempre la dejas abierta.