7 de diciembre de 2011

Hoy sí.

Siento que las brújulas comienzan a atinar en el camino
Ya no me pierdo en los mapas,
ahora todo está en su sitio.

Los puntos cardinales se han fijado
ahora mis metas se parecen a lo que algún día creí que eran claras.
Sé que cánones seguir...
O al menos eso intento....

Ahora comprendo
que mis polos no son opuestos
y que si un día lo parecieron
sólo fue por el ofuscado viento
de un día nublado, arisco y pétreo.

Pero el Sol ha resurgido, y ha iluminado
de nuevo los tejados.
El vigía marca nuevo rumbo
en la ruta hacia el dorado.

Aunque tropecemos con piedras en el camino,
debemos apreciar los peligros superados
y levantarnos y pensar en nuestros compañeros
que cayeron, y que algunos ya han olvidado.

Hoy he vuelto a rugir
como el león herido,
como el rey destronado

y volveré para haceros sentir
todo eso
que mi ausencia os ha robado...

Por vosotros...

3 de diciembre de 2011

Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias.
No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni la cólera del airado Posidón.
Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta
si tu pensamiento es elevado, si una exquisita
emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.
Los lestrigones y los cíclopes
y el feroz Posidón no podrán encontrarte
si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,
si tu alma no los conjura ante ti.
Debes rogar que el viaje sea largo,
que sean muchos los días de verano;
que te vean arribar con gozo, alegremente,
a puertos que tú antes ignorabas.
Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,
y comprar unas bellas mercancías:
madreperlas, coral, ébano, y ámbar,
y perfumes placenteros de mil clases.
Acude a muchas ciudades del Egipto
para aprender, y aprender de quienes saben.
Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:
llegar allí, he aquí tu destino.
Mas no hagas con prisas tu camino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.
No has de esperar que Ítaca te enriquezca:
Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.
Sin ellas, jamás habrías partido;
mas no tiene otra cosa que ofrecerte.
Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.
Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,
sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.
                                                                                                                   Konstantinos Kavafis