8 de mayo de 2014

Mayo que mayea demasiado.

Ahora que ya no me ampara
el abrigo del minutero
Ni el baile de la lluvia
Ni estas cuatro paredes. Me desespero
Enemigo de mi
y de mi mente, prisionero.

Ahora me pregunto ¿qué hay de ti?
¿Qué luna te miraba
en las noches solitarias de Abril?
¿Qué dichosa pupila archivó tus andares
bajo el sol de ayer en la Gran Vía?
¿Soy sólo yo o tú también
de esos lunáticos que cuentan los días
y en la dulce tortura de la lentitud
del tiempo, se suicidan?
Me he quedao sin sol, y sólo recuerdo
una palabra: Melancolía

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