23 de marzo de 2015

El árbol de mi casa

Nunca os he hablado del árbol de mi casa

El árbol de mi casa es un centinela de tronco grueso
Nunca he sabido, a ciencio cierto
si el árbol de mi casa es pino
o es abeto.

El árbol de mi casa da sombra en las tardes de verano
dieron sombra la portería de sus ramas
cuando jugaba con mis hermanos.

Es perenne.
Y no da frutos.

Hace poco un mirlo ha venido a vivir al árbol de mi casa,
tiene un bello canto.
El rey mirlo ahora lo llamo.

El árbol de mi casa espera, también
hacia la luz y hacia la vida
el milagro de la muerte del invierno.

El árbol es testigo de primera mano,
implacable, estático y severo
del viento que devasta nuestros campos.

Lloran sus hojas de aguja
con las lluvias de marzo

¡Oh, árbol! silente guardián de mi letargo
Sólo tú me has arropado en la ventana
cuando te miraba en esas tardes
de domingo, de dolor, de llanto.



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